Me presenté en 2018, con 24 años recién cumplidos, por primera vez a la oposición, con la incertidumbre y las inseguridades de quien no había trabajado aún como profesora y no contaba con esa experiencia ni con la de afrontar un proceso como el de una oposición. Sin embargo, tuve la inmensa fortuna de dar con Ana, confiando plenamente en quien, habiendo sacado su plaza con ella, me la recomendaba. El mío era un caso, sin duda, difícil, ya que a mi inexperiencia (con lo que, a su vez, suponía no contar con puntos para el baremo en ese apartado) se unía el hecho de tener tan solo 9 meses para prepararme para lo que suponía todo un reto: conseguir la plaza.
Decidida, me esforcé por seguir el ritmo pautado por Ana desde el comienzo, me ajusté a su gestión del tiempo con el que contábamos, a su método de organización y supervisión constante, absorbí cada repaso de conceptos, tan útiles para la aplicación de los temas en los comentarios, que ni en la carrera había tenido la oportunidad de conocer (y que permitían a compañeros de otras especialidades comprender y estudiar al mismo ritmo) y demostraban su profundidad en el manejo de los conocimientos y su claridad para exponerlos; al mismo tiempo que asumía las estrategias que nos proporcionaba para una defensa impecable de la programación y unidades que me permitió obtener en la misma la calificación de 10. Su dedicación y estricta organización iban de la mano de una implicación humana y comprometida, sabiendo escuchar siempre nuestras inquietudes para guiarnos en el duro proceso atendiendo a las particularidades de cada uno.
Por ello, sin duda, gracias a Ana logré superar el desafío.